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sábado, 27 de abril de 2013

Petro renuncia de inmediato y vamos a la presidencia:no más sabotaje a la paz de los colombianos!


Revocatoria de Petro: que hay detrás? No es contra las doctrinas opuestas (ni comunistas, ni izquierdistas o lo que sea), incluso no es contra Petro porque da igual si hubiese sido otro gobernante de cualquier grupo venido del pueblo, si  fuese Gaitan lo matarían de nuevo.  De lo que se trata con la arremetida de sociópatas políticos y sicópatas mercaderistas en Colombia es de hacer que la gente siga asumiendo el mito como realidad o vivir la realidad como fantasía, es perpetuar  el poder mafioso de la corporación en la aldea feliz (Mc Luhan), se trata de simples mitos que gobiernan, estos son algunos:

Mito 1: Lucha de contrarios como farsa. El Comunismo no es contrario de nada, en la China se complementan dos sistemas en un Estado. En la FED la China se complementa en sociedad con su supuesto enemigo o contrario (y eso no tiene explicación que no sea la farsa). Los líderes de ambos sistemas usan la lucha de contrarios para perpetuar su poder y con ello la farsa.

Mito 2: El estado de opinión como  mesianismo redentor. Los buenos criminales y sicópatas, mercaderistas y mafia política, no defienden a la civilidad de sus enemigos, tan solo emplean a los civiles para eternizar su poder y defenderse de aquellos. El estado de opinión no está defendiendo la democracia ni a civil alguno. Es simple, eternizan el mercaderismo mafioso criollo sobre el Estado diciendo que defienden a la democracia de supuestos enemigos, en ese  propósito, el estado de opinión se erige como el sainete irracional enarbolado por mercaderistas y corporativistas.

Mito 3: dogmas vetustos como mercado de la fe: ciudadanos de bien, las buenas costumbres ciudadanas,  el espíritu divino de la inteligencia superior, etc, son categorías cínicas que derivan de la supuesta inteligencia superior y que empoderó a los dogmas vetustos buscando sostener el mercado de la fe doctrinaria de inquisidores como el procurador Ordoñez y a gobernantes mayores de 40 años aferrados a doctrinas desuetas, al poder económico y al poder del mercaderismo sobre el Estado conduciendo a los incautos a la guerra  con base en la farsa de la lucha de contrarios.

mito 4: Farsa económica global como redentores justicia social. La farsa de la teoría de mercados, la farsa de  la economía de crecimiento perpetuo, la farsa del dinero-deuda sin respaldo y los mercados de dinero-deuda son falacias que no se perciben porque subsiste el mito de la fidelidad al perpetrador y al supuesto desarrollo económico.

Mito 5: Farsa de la paz. En 1980 la senadora Kirpatrick le dijo a Costa Rica:  “ustedes necesitan un ejército para defenderse de la guerrilla”. – “No tenemos ni ejercito ni guerrilla” - Le respondieron los costarricenses. A lo cual la fiel mercaderista Kirpatrick respondió:-“ Una vez que tengan ejército tendrán guerra en la agenda y guerrilla  contra el Estado”. Costa Rica hizo caso omiso, optó por no llenar su país de policías y soldados, ni  arrasar  la dignidad de sus civiles, ni asaltar la seguridad, ni perturbar la paz y la armonía ganada con inteligencia social. En contraste, los mercaderistas que han gobernado a México y Colombia adoptaron la guerra contra las drogas como agenda y contra sus propios hermanos,  civiles a quienes el colapso de las mismas farsas económicas que esa mafia corporativa los  empujo a emplearse en el narcotráfico, el paramilitarismo, las guerrillas, el cultivo ilícito de drogas, etc,  ya como enemigos o contrarios, todos por igual fueron objeto del inútil y criminal efecto de las distintas fisionomías de la guerra, lo irónico es que cada guerra es propuesta como iniciativa de seguridad y paz,  cuando en realidad utilizan la guerra para sustentar las farsas de esos 5 mitos.

Los 5 mitos  antes citados buscan perpetuar la guerra en Colombia, y poco tiene que ver con Petro o cualquier otro líder, apartar a Petro o a quien sea de su camino es apenas una tarea mecánica. Esos 5 mitos actúa en forma de opinión irracional contra la paz y la armonía, creando conflictos a granel, escenario donde seres despreciables nadan como  batracios en su charca, donde Londoño, Pacho Santos, JJ Rendón, el procurador, el periodista Rangel y otros son profetas de la paz sepulcral, orgias de la anti-soberanía que impide a los colombianos ver con claridad su propia realidad. La solución es una sola: Intervenir  la patología que nos afecta y vivir la realidad como es y no como mito. De una vez por todas los civiles nos daremos a la tarea de instaurar el poder de la paz, de la armonía y las soluciones a los grandes problemas de la historia Colombiana. Es increíble que las minorías poderosas, compuesta por hombres mayores de 40 años pero con ideales arcaicos, dogmáticos, doctrinarios y criminales, gobiernen a través de mitos nuestra vida como les venga en gana. Intervenir es tarea de mujeres de todas las edades, los jóvenes, hombres menores de 40 años y hombres mayores de 40 años, sin mitos ni miedos, que no adopten mitos de los criminales pero capaces de emprender soluciones pacíficas.

Intervenir llevando la iniciativa. Sería un acto de torpeza e ingenuidad si Petro espera a que los mercaderistas y el sistema inquisidor se alcen con su cabeza como trofeo, justo es el momento de decir basta, salir en defensa de los pactos de paz con el M-19 y lanzar una severa advertencia a los grandes enemigos de la paz colombiana. Ello implica que Petro renuncie y se lance de  inmediato a la presidencia. Tratándose de una amenaza mayúscula, como lo es la amenaza contra la paz y la convivencia pacífica entre los colombianos, el sacrificio  de Petro sería oportuno, mínimo, suficiente y necesario para  intervenir el fenómeno de destrucción tanto de la dignidad de gentes como de la soberania planetaria, a su vez, aprovechar para efectuar cambios en la forma de conducir los destinos de nuestra nación.

Esta propuesta es efectuada el 27 de Abril del 2013 por este blog y colombianos residentes en el exterior que se sienten abrumados e impotentes de ver tanta miseria, criminalidad, barbarie y sicopatía en el corazón de algunos mercaderistas que gobiernan a Colombia.