Varios son los
eslabones de la cadena de prostitución de la justicia. Primero, los victimarios
agenciando de sicarios de prensa apoyados por los parapolíticos y mercaderes de
la guerra, eternos perpetradores que tienen en la guerra su instrumento de salvación
para traer la parapolítica de nuevo al poder. Segundo, los victimarios armados,
paramilitares activos cumpliendo órdenes de los victimarios intelectuales
ejerciendo el poder público, paramilitares activos sueltos asesinando a plomo
limpio a las víctimas expoliadas en la era de Uribe y Pastrana. Tercero, el
“cartel de la toga” protegiendo victimarios con impunidad y refrendando al
Estado mafioso, legalizando los robos de tierras y burlando los crímenes contra
campesinos, postrándose ante los capos de la mafia parapolítica en el
poder público Nacional, regional y local. Cuarto, líderes religiosos apoyando a
esos capos de la mafia parapolítica y la corrupción. Quinto, una masa de
fanáticos religiosos indiferente a los crímenes contra los líderes sociales, masa
de alienados cómplices de la corrupción apoyando a los corruptos mafiosos de la
parapolítica.
Primer eslabón, los sicarios de prensa (como les llama
Nicasio-el conductor rebelde a la prensa parapolitica de RadioMagdalena- Link para ver sus denuncias, https://www.youtube.com/watch?v=rN-YetZJR5I)
a los sirvientes de la prensa parapolítica de Sta Mta, voceadores del hampa
quienes llevan lustros acusando sin prueba por sus medios de comunicación a
Carlos Eduardo Caicedo de crímenes que no ha cometido; mercenarios de RCN y
Caracol, que a escala Nacional hacen lo mismo que los serviles periodistas
parapolíticos de Sta Mta (Link RadioMagdalena).
Segundo eslabón, en
esta cadena de prostitución de la justicia encontramos a los victimarios
sueltos asesinando sus víctimas reclamantes de tierras, igual que sucede en
Pivijay, Magd y sus alrededores, tierras que fueron robadas por los mismos
criminales paramilitares en ejercicio; perpetradores regionales apoyados por un
entramado de injusticia mal-llamado el “cartel de la toga” y por una
nauseabunda red de religiosos católicos y cristianos, todos los perpetradores
anteriores se sienten poderosos gracias a la tenebrosa mafia parapolítica del
CD, cuyo capo de capos goza de impunidad plena en el poder público desde esa
pandilla de mercaderes del crimen.
Tercer eslabón, el
“cartel de la toga”, que ha venido refrendando al Estado mafioso, uno y otro configuran la patología
funcional que deriva en cultura mafiosa, cuyos síntomas son la veneración de
fanáticos mediante la admiración al hampón, al traqueto, al corrupto, al
tramposo, rara devoción que consiste en apoyar o “lambonearle” a los
victimarios y odiar o ser indiferente con las víctimas.
La Patología
funcional de veneración al hampa y la corrupción deviene devoción religiosa y
fanatismo letal. El cuarto eslabón de esta cadena son los líderes religiosos
apoyando a esos capos de la mafia parapolítica y la corrupción. El quinto
eslabón es la masa de fanáticos religiosos indiferente a los crímenes contra
los líderes sociales, masa de alienados cómplices de la corrupción apoyando a
los corruptos mafiosos de la parapolítica. En cada región y cada rincón de
Colombia se reproduce y se ha multiplicado esta cadena sistémica, o concierto
de criminales que deviene patología funcional de veneración al hampa y la
corrupción.
Tal patología rumora
que los crímenes contra líderes sociales son líos de falda…y los cobardes
replican la canallada, esa patología es una constante amenaza a las victimas (tal
cual los campesinos de Pivijay, que son objeto de saqueos, destierro y crimen
en medio de la indiferencia de la sociedad), pese a ello, estas víctimas
reclaman su honra y dignidad a una justicia prostituida ante el crimen
parapolítico. Hastío ante el cual, agotados, robados, amenazados y masacrados
como han sido los campesinos de Pivijay, reaccionaron con desenfrenado odio
ante el vil crimen del líder social Rafael de la Hoz Villa (el papi Villa).
Crimen ante el cual
es preciso comprender las reacciones de la comunidad afrentada. Es importante
hacer referencia acerca de “la moto con lucecita azul y rojo”, de la cual
hablaba el sicario participe del crimen antes de ser linchado por la comunidad
adolorida, tal luz era el señuelo que indicaba a los demás asesinos (que en la
moto siguiente, que iba detrás) allí venia la victima que debían asesinar
“…quienes iban a hacer la vuelta”-como decía el sicario que al final quizás era
un “gancho ciego” que admitió haber participado en el crimen del líder social.
Eso evidencia que había coordinación entre autores materiales y autores
intelectuales, o sea entre quienes ordenaron y quienes ejecutaron el crimen de
Villa (entre los reconocidos asesinos victimarios despojadores de tierras
de Pivijay que instruyeron a los sicarios que “hicieron la vuelta” según el
argot de los asesinos de líderes sociales), crimen ordenado por cobardes
ladrones de tierras de los campesinos, allí es vox populi que son los mismos
que asesinaron al Dr Polo y demás líderes del pueblo, son los matones que aun
andan asesinando líderes sociales para quedarse con las tierras robadas en su
apogeo paramilitar.
Por lo cual, es oportuno recordar que la única forma de acabar con el
sicariato de líderes sociales en Colombia es acabando (encarcelando y
sometiendo a la justicia) a los corruptos de toda estirpe que además son
autores materiales, victimarios, parapolíticos y despojadores de tierras. El
problema es que, valga repetir, la justicia esta prostituida a grande y pequeña
escala con el “cartel de la toga” que sirve de protector al capo de capos y su
pandilla del CD y CR, disgregados en clanes regionales para el saqueo a sangre
y fuego. Allí en Pivijay, como en todo el país, los corruptos del CD y CR aún
tienen sus raíces en el paramilitarismo activo.
Sin embargo, es justo saber que de nada sirve asesinar sicarios y
mercenarios pues esos son pobres igual que el pueblo, triste la horrenda suerte
que corrió el desdichado sicario de nuestro querido líder social. Lo irónico es
que los ordenadores parapolíticos se ríen de ello y poco les importan los
muertos pobres de lado y lado, pues tienen dinero con que pagar a otro
hambriento para mandar a asesinar a quien les venga en gana. No olvidemos que
unos paramilitares se han cansado de delatar a Uribe y a sus compinches, en
respuesta, el cartel legislativo del congreso, ligado al cartel de “la
justicia” (de la toga) y sus aliados criminales se han ensañado contra algunos
de los ex-paramilitares que han tenido el valor de delatarlos, y este cartel
parapolitico ha optado por atacar a los paras testigos de sus crímenes, a
algunos los extraditaron, a otros aun los amenazan y a muchos otros los han
asesinado.
No elegir como gobernante a un miembro o aliado de este clan criminal en
Colombia es un buen comienzo. La matriz va desde Uribe Velez y su cartel
parapolítico Nacional el CD, pasando por las 4 familias corruptas de cada
departamento (Magdalena en este caso), hasta llegar a los hampones criollos que
andan sueltos y delinquiendo por doquier. Urge fragmentar la columna dorsal de
los criminales parapolíticos, Lo primero es no elegirlos, lo segundo es
encarcelarlos, y lo tercero es recuperar y devolver el gran botín que estos
bandidos robaron y por el cual andan asesinando, por lo cual siguen haciendo la
guerra en nombre de la paz, por lo que siguen emborrachando de fanatismo y
brutalidad a los fieles religiosos, y siguen legitimando la corrupción diciendo
que luchan contra ella.
Despierta pueblo colombiano, pueblo valeroso, que tus reconocidos
victimarios pretenden rematar y seguir asesinando a tu pueblo, tu honra y tu
paz. Despierta Sta Mta y procura crear redes sociales sinérgicas, y de alta
tecnología, para la protección civil ante los ataques de estos aviesos
criminales corruptos.
Despierta Caribe, despierta Colombia… despierta que la guerra o saboteo
contra la paz de los colombianos no es otra cosa que el apoyo de los
indiferentes a esa Justicia prostituida
por la corrupción, por la mafia parapolítica, por los mercaderes de la fe, y
por los mercaderes del crimen.
Despierta
colombiano, que todos estos perpetradores del crimen sistémico no son
diferentes unos de otros, sino que son una sola peste que urge erradicar de
nuestra patria. Eso no sucederá mientras no despiertes y actúes conforme a una
reflexión de sentido común y lucidez: No bajo el imperio del decadente
capitalismo. No bajo el resquebrajado socialismo y sus desviaciones. No sin
antes romper esos 5 eslabones de la cadena de prostitución de la justicia, o
sea, no sin antes superar la patología funcional de veneración al hampa y la
corrupción. El sabio Rodolfo Llinas ha señalado el camino al mundo: un sistema
hibrido.