En el
debate entre los precandidatos presidenciales de Colombia Petro, De la
Calle y Duque el doctrinismo nos recuerda que no vemos las cosas como son, sino
como somos, de tal modo, cada quien dirá que el debate en la U de Columbia-USA
lo ganó su candidato. Pretender un examen ecuánime de dicho debate implica
abstraerse de percibir los sucesos sin preponderar el doctrinismo por encima de
la dignidad del ser, o sea, que la
filiación de tipo doctrinaria, partidista, militante, o de feligresía y
fanatismo dogmático no esté por encima de la honra humana.
Frente a este debate, pregunto: Que ha quedado evidenciado
ante los ojos del mundo? Que piensa un ciudadano extranjero de aquel debate? En
contraste que piensa un estudiante colombiano y que piensa un colombiano sumido
en el doctrinismo ideológico o político?
Un ciudadano Islandés percibirá que a Colombia le está
sucediendo lo que a ellos ya les sucedió en materia de corrupción, y que
Colombia requiere extirpar el peor cáncer civil moderno: la corrupción, y que
urge meter preso a todos los corruptos de que hablaron los candidatos De la
calle y Petro. Un islandés se preguntará Porque Duque no habla de la corrupción
con firmeza y carácter? Un ciudadano Nort-europeo de los países nórdicos
percibirá que Colombia esta asfixiada por una educación útil solo para ser
explotada, despojada, y esclavizada por el corporativismo-mercaderismo de la
mafia monetaria global y que por tanto urge emprender la soberana emancipación
sistémica y armónica: Cultura/educación-Social-Política-Económica/Monetaria.
En contraste, los ciudadanos del resto de Europa, Australia y los canadienses observaran que
uno de los candidatos -Duque- siente un desprecio por la vida humana, que es la misma
que siente por el planeta, verán que Duque desprecia las apreciaciones sabias
que exponen Petro y de la Calle sobre la protección al planeta, asunto que está
directamente relacionado con la corrupción, y esta a su vez, comprometida en
lazos fuertes con la especulativa y falsa economía global, y todos estos son
causa directa e indirecta de las guerras, la miseria y la defenestración del
ser y de cada país del mundo. En la retina de un ciudadano despierto quedará
grabada las frases de Petro según el cual, Colombia debe aliarse con los
aliados internaciones que haya por superar el cambio climático, pues los
estudiantes de países educados saben que el desempleo, el hambre, la corrupción
y la destrucción del planeta son un solo problema. No asuntos fragmentados o
separados.
El debate pudo mostrar cuan comprometido esta Duque
con Uribe, quien a su vez está comprometido con los “falsos positivos” denunciados
allí por Petro, por ello las reiteradas glorificaciones de Duque a los
militares implicados en esos crímenes y de otros sumergidos en el crimen de la
corrupción. También evidenció cuan enorme es el poder de Uribe tras la
candidatura de Duque, y así mismo, cuan enorme es el poder de los criminales
corruptos detrás de Uribe. En tal sentido, Petro y De la calle evidenciaron que
los peligros de volver a la guerra están latentes en las amenazas a la paz
provenientes del uribismo para mentir, engañar, y construir poder cotidiano con
la guerra de por y para desinformar.
La información a partir de la manipulación mediática quedo evidenciada en el
debate. Es evidente que las estructuras de poder económico por las rentas del
Petróleo, la explotación minera, las licencias de explotación, y otras emergen en las propuestas de Duque.
De la Calle hizo apuntes muy valiosos, por lo cual,
quizás ante los ojos del mundo es visto como un gran estadista capaz de
contribuir a cualquier posible gobierno tanto de Duque como de Petro. Ningún
candidato se mostró tan comprometido como De la Calle a seguir dándole
cumplimiento a los acuerdos de paz, y darle continuismos a los logros en esta
materia alcanzados por JM Santos. De la calle y la paz negociada con las Farc
no son del interés de los mercaderes del crimen, de los necons ni de
Uribe-Duque. Si se asume con seriedad el futuro de un país es preciso concebir
que la paz humana es verdad latente que merece respeto, merece amor y merece
ser protegida. Vulnerar la verdad histórica de los pueblos es el más elevado
nivel de corrupción que pueda expresarse a escala inferior o personal, y que a
escala superior o colectiva no es otra cosa que legitimar la miseria, la guerra
venerando al canalla.
Petro no pudo ser más enfático, claro y visionario
frente a los problemas del cambio climático, en la retina mundial quedaran sus
frases y visiones frente a la denominada economía no extractiva, en asuntos
sobre el papel de la corrupción y frente a los genocidas ocultos por la
ausencia de verdad en los crímenes de Estado denominados como “falsos positivos”,
y frente al papel de los aliados de Uribe o Duque en las mentiras y la
conducción mediática contra la justicia y La Paz en Colombia.
Duque, De la calle y Petro están de acuerdo que la generación
de empleo es terrible. Duque seguirá una política económica ortodoxa, cumplirá las ordenes de los mercaderes del cartel
monetario global (o sea las medidas de recortes salariales, eliminar pago de
horas extras, recortes excesivos en educación y salud, aumentar la edad
pensional y echarle mano a los ahorros de los pensionados con mentiras y
trucos, en fin matar silenciosamente a los feligreses y contrarios
sonriéndoles, y susurrándoles al oído de manera dulce y apasionada como hace
Uribe). Duque propone empoderar a sus socios ricos dándoles más garantías de
las que tienen. Petro y De la Calle propone hacerle pagar impuestos ponderados
a los ricos, y dada la emergencia social que vive la nación, les insta a que
exploten o vendan sus tierras improductivas.