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miércoles, 11 de mayo de 2016

Criminales Materiales y criminales intelectuales en el conflicto colombiano




Según el grado criminal los actores de guerra en Colombia son de 2 tipos: Materiales e intelectuales.
Los actores materiales estuvieron al frente de la guerra (militares, policías, guerrilleros, paramilitares). Los actores intelectuales han promovido la guerra en 5 décadas para sostenerse en el poder político (paramilitares, grandes corporaciones, ganaderos, bananeros, palmicultores y otros). 

Los actores materiales llevaron al extasis los horrores de la violencia, sembraron la nación de dolor y sufrimiento mediante masacres, asesinatos selectivos, destierro y despojo de tierras, amenazas, etc;
Los actores intelectuales dieron y siguen dando órdenes (listas de objetivos militares, planes de destierro y despojo, coartadas políticas y legislativas) a fin de continuar la guerra y el conflicto a cualquier precio y sin importar los medios.

Los actores materiales han sentido la fatiga y las secuelas de la guerra, la cual les ha dejado huellas terribles (traumas, cárcel, asesinatos, persecuciones, prontuarios, miedo, odio y rechazo civil)
Los actores intelectuales aumentaron su poder político, económico y corporativo con la guerra, la cual les ha dejado enormes riquezas, multiplicación de sus haciendas, multiplicación de riquezas corporativas, miles de millones de dólares sustraídos del erario público colocados en sus cuentas privadas en paraísos fiscales.

Los actores materiales han sido y siguen siendo víctimas de traición por parte de los autores intelectuales o parapolíticos (quienes le dieron apoyo, recursos y medios para asesinar, masacrar y despojar campesinos). Los autores materiales anhelan, extrañan y desean vivir en paz, por ende, finalizar la guerra y contribuir a la verdad y reparación de los colombianos usurpados.
Los actores intelectuales no solo traicionaron a sus aliados (a los jefes paramilitares), además dispusieron el poder político y las fuerzas militares para soportar la guerra, expoliar campesinos y sostener su poder político, sino que también, saben que deben oponerse a cualquier proceso de paz que descubra su autoría en tanto que criminales intelectuales y promotores principales de la guerra en Colombia.

En términos de mayoría, los actores materiales reconocen sus errores y acciones criminales en la guerra o confrontación armada en Colombia, proponen un proceso de paz incluyente, muestran arrepentimiento o contrición, aceptan la lucha política para poner fin a la confrontación militar, muestran interés por construir la paz.
En términos de absoluta minoría y marginalidad, pero poseedores de un enorme poder mediático (prensa, radio, televisión), de un enorme poder económico y corporativo producto del saqueo al erario público, los actores intelectuales dotados de artimañas y mentiras desafían la nación con total altivez y descaro a fin prolongar la prolongación del conflicto en Colombia. No aceptan ser victimarios, instigan a militares proclives al delito contra el estado de Derecho, muestran arrogancia, desdén y odio contra el derecho a la paz de los colombianos.

La nación no está dividida en colombianos buenos y malos, entre terroristas buenos y terroristas malos entre buenos muchachos y bandoleros. La larga historia de corrupción, destierro, inmoralidad y crimen ha hecho de nuestra sociedad una cultura propensa a venerar el hampa, la mafia y el delito.
En efecto, en estas 5 décadas de guerra y conflicto en Colombia han estado involucrado 3 tipos de terrorismo: El terrorismo de las guerrillas quienes en su accionar mataban 1 y aterrorizan otros 100; el terrorismo de los paramilitares (servidumbre de los parapolíticos), quienes asesinan y planean seguir asesinando algunas decenas para aterrorizar otros miles; y el terrorismo corporativo, agenciado por parapolíticos y corporaciones, quienes siguen matando a miles de personas de hambre, de violencia, corrupción, desempleo y miseria para mantener aterrorizado a millones de incautos, de ilusos y feligreses.