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martes, 30 de agosto de 2016

La exuberancia irracional: amenaza común del Si y del No al plebiscito


Es una amenaza que procede de ambas orillas o posturas frente al plebiscito, tanto los uribistas como los anti-uribistas. Es la principal amenaza común del Si y del No al plebiscito: es la exuberancia irracional, delirio de los feligreses adoctrinados por sus diversas ideologías, grupismos o dogmas religiosos.

En exuberancia irracional los feligreses colombianos empoderan al doctrinismo: uribistas nostálgicos del señorío paramilitar de otrora, los feligreses del socialismo a ultranza, los defensores de mitos y dogmas que odian la diversidad diciendo que defenderán la familia, los delincuentes como Popeye que evangelizan defender la patria de los comunistas. En todo caso, desbordan la lógica, pisotean la razón, destruyen los valores diferentes, sobreponen la irracionalidad, no se sienten culpables de su irracionalidad, instigan a la guerra, empoderan al verdugo, huyen, se refugian en su perpetrador y claman a su propio verdugo por su protección.  

Tuve una experiencia multi-cultural/ética yuxtapuesta a la habitual lucha de contrarios, o choque de fanaticos en exuberancia irracional, experiencia análoga a la necesidad de unir lo que une y prescindir lo que desune en el propósito de paz de los colombianos. Tal experiencia sucedió en Canada, y consistió en hacer una comida para celebrar el final de un corto curso de inglés donde había 2 mexicanos, 2 colombianos, 2 musulmanes árabes, 2 sikhs de la India, 2 musulmanes indo-asiáticos, 2 chinos libres de dogmas y prejuicios, y dos profesoras canadienses.

El dialogo de preparación de la cena de celebracion nos descubrió cuan diferente éramos los presentes en aquel salón de clases: La base de la comida de los colombianos es el arroz y productos tropicales. Nuestra comida se caracteriza por el sabor natural sin adición de picantes como lo son la de los mexicanos e hindúes, y no esta untada de dogmatismo (alimentos Halal para los islamistas, quienes solo consumen carne de animales sacrificados según su dogma). Nuestra gastronomía tampoco tiene mayores prejuicios de ideas, dogmas o conocimiento (como la gastronomía vegetariana de los sikh de la India y Pakistán). La base alimenticia de islamista es la harina de trigo y el pan, la de los sikh e hindúes son los productos lácteos y la de los asiáticos las legumbres y cereales con mucho picante. Nuestro alimento, igual que el de los canadienses está libre de prejuicios dogmatico, y el de los chinos aún más, ellos consumen todo cuanto se mueva... toda vez que no tenga ruedas ni motor.

Tremendo desafío aquel. ¿Cómo hacer una comida para esa diversidad, quien la hará, que haremos? No me gusta nada picante como si le gusta a la mayoría del curso. Más del 60% no comen los que comemos los americanos (norte o sur). La base alimenticia de más del 60% es la harina de trigo, no comen el tipo de proteínas que nosotros, no consumen nada aderezado con vino y hacen fiestas sin licor. En las reuniones sociales, después que comen no bailan ni forman algarabía, sino que corren a rezar. Quizás por haber compartido con infieles. 

Ahora, imagine usted que alguien de este grupo intente sobreponer a los demás su cultura, su dogma o religión, o los voraces y exóticos hábitos de su tradición local. De ese modo no habría siquiera acuerdo y todo habría fallado antes de dar el próximo paso. Por fortuna los canadienses nos contagian de su cultura de paz, de convivencia pacífica y altruista raciocinio.

Al final, cada quien explicó sus tradiciones gastronómicas y algunas razones de ello. De esa forma, se decidió que cada grupo expusiese sus alimentos en una mesa común, y cada quien era libre de escoger lo que le apetecía. No todos los alimentos que probé me gustaron, pero aprendí como hacer los que no conocía, y lo mismo pasaría con mis empanadas multiculturales: unas halal con queso de cabra para islamistas, otras vegetarianas para asiáticos religiosos, otras libre de reparos para chinos y americanos. Asi, y en aras de respetar la diversidad de aquel salón de clases, vivi una experiencia placentera al tener que hacer empanadas que nunca se habían inventado

Tal como dije antes, esta reflexión de choque y sincretismo multicultural global intenta aproximar tal analogia con la necesidad de una constituyente en Colombia, y abordar asi importantes temas, visiones, paradigmas, ideas o dogmas en los cuales se debate el interés y las necesidades comunes insatisfechas.

Es oportuno preparar en paz la mesa de consenso y diversidad llamada Asamblea Constituyente. En ese momento, hacer ese sancocho colombiano del que hablaba Jaime Bateman Cayon. Es preciso prescindir lo que une y discernir lo que desune como celebración al sentido de pertenencia de una nación donde quepamos todos, es necesario desestimular la exclusión, la intolerancia, los odios y miedos. Es importante evitar que prevalezcan sobre la paz la pretencion de supremacía doctrinaria o dogmatica. Se trata de reconocer la dignidad de cada civil y la soberanía e identidad como colombianos

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