Es
una amenaza que procede de ambas orillas o posturas frente al plebiscito, tanto
los uribistas como los anti-uribistas. Es la principal amenaza común del Si y
del No al plebiscito: es la exuberancia irracional, delirio de los feligreses adoctrinados por sus
diversas ideologías, grupismos o dogmas religiosos.
En exuberancia irracional los feligreses colombianos empoderan al doctrinismo: uribistas nostálgicos del señorío paramilitar de otrora, los feligreses del
socialismo a ultranza, los defensores de mitos y dogmas que odian la diversidad
diciendo que defenderán la familia, los delincuentes como Popeye que evangelizan
defender la patria de los comunistas. En todo caso, desbordan la lógica, pisotean la razón, destruyen los valores diferentes, sobreponen la
irracionalidad, no se sienten culpables de su irracionalidad, instigan a la guerra,
empoderan al verdugo, huyen, se refugian en su perpetrador y claman a su propio verdugo por su protección.
Tuve
una experiencia multi-cultural/ética yuxtapuesta a la habitual lucha de contrarios, o choque de fanaticos en exuberancia irracional, experiencia análoga a la necesidad de unir lo
que une y prescindir lo que desune en el propósito de paz de los colombianos.
Tal experiencia sucedió en Canada, y consistió en hacer una comida para
celebrar el final de un corto curso de inglés donde había 2 mexicanos, 2 colombianos,
2 musulmanes árabes, 2 sikhs de la India, 2 musulmanes indo-asiáticos, 2 chinos
libres de dogmas y prejuicios, y dos profesoras canadienses.
El
dialogo de preparación de la cena de celebracion nos descubrió cuan diferente éramos los presentes en
aquel salón de clases: La base de la comida de los colombianos es el arroz y
productos tropicales. Nuestra comida se caracteriza por el sabor natural sin adición de
picantes como lo son la de los mexicanos e hindúes, y no esta untada de dogmatismo
(alimentos Halal para los islamistas, quienes solo consumen carne de animales
sacrificados según su dogma). Nuestra
gastronomía tampoco tiene mayores prejuicios de ideas, dogmas o conocimiento (como la gastronomía
vegetariana de los sikh de la India y Pakistán). La base alimenticia de
islamista es la harina de trigo y el pan, la de los sikh e hindúes son los
productos lácteos y la de los asiáticos las legumbres y cereales con mucho picante.
Nuestro alimento, igual que el de los canadienses está libre de prejuicios
dogmatico, y el de los chinos aún más, ellos consumen todo cuanto se mueva... toda vez que
no tenga ruedas ni motor.
Tremendo
desafío aquel. ¿Cómo hacer una comida para esa diversidad, quien la hará, que
haremos? No me gusta nada
picante como si le gusta a la mayoría del curso. Más del 60% no comen los que comemos
los americanos (norte o sur). La base alimenticia de más del 60% es la harina
de trigo, no comen el tipo de proteínas que nosotros, no consumen nada
aderezado con vino y hacen fiestas sin licor. En las reuniones sociales, después
que comen no bailan ni forman algarabía, sino que corren a rezar. Quizás por
haber compartido con infieles.
Ahora, imagine usted que alguien de este grupo intente sobreponer a los demás su cultura, su dogma o religión, o los voraces y exóticos hábitos de su tradición local. De ese modo no habría siquiera acuerdo y todo habría fallado antes de dar el próximo paso. Por fortuna los canadienses nos contagian de su cultura de paz, de convivencia pacífica y altruista raciocinio.
Ahora, imagine usted que alguien de este grupo intente sobreponer a los demás su cultura, su dogma o religión, o los voraces y exóticos hábitos de su tradición local. De ese modo no habría siquiera acuerdo y todo habría fallado antes de dar el próximo paso. Por fortuna los canadienses nos contagian de su cultura de paz, de convivencia pacífica y altruista raciocinio.
Al
final, cada quien explicó sus tradiciones gastronómicas y algunas razones de
ello. De esa forma, se decidió que cada grupo expusiese sus alimentos en una
mesa común, y cada quien era libre de escoger lo que le apetecía. No todos los
alimentos que probé me gustaron, pero aprendí como hacer los que no conocía, y lo
mismo pasaría con mis empanadas multiculturales: unas halal con queso de cabra para
islamistas, otras vegetarianas para asiáticos religiosos, otras libre de reparos para chinos y americanos. Asi, y en aras de respetar la diversidad de aquel salón de
clases, vivi una experiencia placentera al tener que hacer empanadas que nunca se habían
inventado
Tal como dije antes, esta
reflexión de choque y sincretismo multicultural global intenta aproximar tal analogia con la necesidad de una constituyente en Colombia, y abordar asi importantes temas, visiones, paradigmas, ideas o dogmas en los cuales
se debate el interés y las necesidades comunes insatisfechas.
Es
oportuno preparar en paz la mesa de consenso y diversidad llamada Asamblea Constituyente. En ese momento, hacer ese sancocho colombiano del que
hablaba Jaime Bateman Cayon. Es preciso prescindir lo que une y discernir lo que desune como celebración
al sentido de pertenencia de una nación donde quepamos todos, es necesario desestimular la exclusión, la intolerancia, los odios y miedos. Es importante evitar que prevalezcan sobre la paz la pretencion de supremacía doctrinaria o dogmatica. Se trata de
reconocer la dignidad de cada civil y la soberanía e identidad como colombianos
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