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domingo, 9 de octubre de 2016

La pirámide criminal contra la paz de los colombianos I

Parte 1: Percepción-Análisis del fenómeno

Colombia ha estado en guerra en las ultimas 6 décadas. Nos hemos habituado a ignorarla y eso nos ha curtido de indiferencia, guerra en la que la lucha de contrarios nos acostumbró a desinformar o difamar a las víctimas o contrarios y eso nos dividió en fieles o infieles de los perpetradores reales. Desde siempre, los mercaderes del crimen hicieron sus riquezas con la sangre y manos del pueblo, y con igual influjo criminal, ahora financian el sostenimiento del status-quo, la corrupcion, el paramilitarismo y la parapolitica. Así llegamos a esta encrucijada actual de paz o guerra, manifiesto ahora en el plebiscito al acuerdo de paz entre JM Santos-Farc, rechazado por un escaso margen de esos enajenados de la guerra a causa del emprendimiento criminal de los guerreristas asociados en orden piramidal así:

Primer nivel: En la parte superior tenemos a la elite de este cartel mafioso, los mercaderistas criollos y/o corporativistas que devienen mercaderes del crimen al financiar a la excesiva avidez de poder de los socios directos de dicho cartel parapolítico, o sea, a los funcionarios públicos o politiqueros del segundo nivel.

Segundo Nivel: corruptos aliados a la parapolítica, al paramilitarismo, al cartel del destierro y despojo de fincas y haciendas en Colombia, delincuentes judicializados, fugados y otros aun no procesados por la justicia en Colombia. Los corruptos usaron el dinero e infraestructura mediática proveniente del primer nivel para empujar el país a la guerra, al odio y el caos al provocar la derrota del acuerdo de paz confeccionado durante un lustro por colombianos amantes de la paz y la justicia social.

Es tal el influjo criminal Uribista, que pretende insertar en este nivel a los militares inducidos por su gobierno de parapoliticos al crimen de falsos positivos, efecto con el cual lograria asociar a su cuerda crimnal una gran fuerza militar contra la paz de los colombianos. De hecho, a menos que los militares involucrados en crimenes fuesen incautos no aceptarian corregir sus errores con mas crimenes, pues el instrumento de justicia transicional les favorece (Ver militares respaldan acuerdo JM Santos-Farc), y que es ademas la via mas decorosa, honrosa y pacifica para superar tanto la justicia local o la CPI como para sanar las heridas de una guerra irrascional.

Es justo considerar que, en Colombia como la mayoría de países, la falsedad con fines criminales no es otra cosa diferente que crimen, y como tal, al violentar con terrorismo mediático el artículo 22 de la constitución es preciso asumir como perpetradores a quienes financiaron y agenciaron tales actos. El CD ha de responder y pagar por el crimen de atentar contra la soberanía de la paz para los colombianos. Además de pagar los costos económicos del plebiscito sometido a sabotaje y terrorismo parapolitico.

Tercer Nivel: Las elites de religiones y sectas guerreristas. Son la elite de los fundamentalistas religiosos politiqueros (curas, líderes del clero, pastores evangélicos) quienes usaron el pulpito como plataforma política, replicaron y soportaron el accionar criminal de las elites anteriores. Este cartel de fanáticos se encargó de masificar la desinformación y las farsas contra el acuerdo de paz desde diversas instancias: los mercados de fe en sus garajes dentro y fuera del país, las redes sociales y las manifestaciones con la farsa o fachada de proteger la familia frente a los acuerdos de paz.

Cuarto Nivel: Las bases del guerrerismo dogmático. Feligreses masificadores del crimen, borregos fanáticos del fundamentalismo guerrerista,  partidarios y enajenados feligreses del odio y la mentira, quienes de forma objetiva o subjetiva, atemorizados o atemorizando replicaron el odio creados por las dos elites: la del cartel piramidal parapolítico, y la de sectas guerreristas adoptando posturas belicosa (Caso de Alias Popeye, curas, corruptos y pastores que  incitaron a la violencia, al fanatismo irracional. De modo que algunos prometieron deponer la biblia para agarrar las armas, y otros osaron violentar la paz desde sus pulpitos religiosos de diferentes formas).

Una vez impuesta la farsa sobre la dignidad de un pueblo, que a base de mentiras elige la regencia del crimen y el delito para la nación, cual réplica de la crucifixión de cristo por los judíos, y luego de haber sido descubierta las innumerables y conocidas falsedades implementadas por la cadena de financiación, elaboración, propagación y concretización de este concierto criminal contra la paz de los colombianos, los estudiantes del país salieron a manifestar su apoyo irrestricto a la paz. Sector con quienes “colombianos en el exilio” nos proponemos impulsar grandes transformaciones para construir una Colombia del tamaño de las necesidades insatisfechas de nuestro pueblo, y del tamaño de nuestros sueños y esperanzas.

El mayor crimen contra el bienestar social es atentar contra la dignidad humana, el mayor crimen contra la dignidad es atentar contra la paz de un pueblo. Nuestra nación ha de construir identidad nacional y el requisito inexorable es la paz. Evento para el cual, es preciso mirar nuestro futuro a través de una asamblea constituyente de por y para la dignidad del ser y la soberanía planetaria. El plebiscito fue un desacierto que nos dividió más de lo que ya estábamos, por ende, proyectamos una constituyente que permita unirnos, dado que este instrumento quizás sea la única salida en tanto que foro de unidad nacional, es un imperativo evitar escenarios o plebiscitos que fragmentan nuestra dignidad de ser e identidad de colombianos.


El valor distintivo de la propuesta de “colombianos en el exilio” es promover y emprender la iniciativa de forjar nuevos empresarios en funcion de/por/para la dignidad del ser y la soberania de los Colombianos. Deponer a este cartel de mercaderistas que se enriquecieron explotando nuestra patria. No obstante su indolencia e irrascionalidad, la sumergen en la guerra y el conflicto. 

Es preciso saber que los empresarios demarcan la mayor diferencia entre los países cultural y económicamente decentes y ricos, versus los países miserables, saqueados o devorados por la corrupción, el fanatismo y la ignorancia. En países decentes un empresario jamás hará nada que destruya la dignidad y honra de sus civiles, ni apoyaría a alguien que fomente la guerra o atente contra la paz de sus ciudadanos...eso solo es posible en el edén de la ignorancia, el fanatismo y la corrupción. Eso solo es posible en la sociedad del crimen, donde cultivadas mentes criminales habituadas a la cultura del hampa se atreven a pisotear al ser humano como basura sin valor alguno. Que se atrevan a hacerlo nos habla de sus propositos. Intervenir-Deponerlos e Instaurar la sociedad de la paz y la cultura de la dignidad es soberana potestad y derecho inalienable del constituyente primario. 

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