Parte II
Del
odio a la avaricia y de la reconciliación a la indiferencia en el plebiscito
El mayor crimen contra la paz
de los colombianos fue un proceso empresarial agenciado por la pirámide
criminal parapolítica, quienes financiaron, ejecutaron, “cosecharon” y legitimaron
el crimen contra la convivencia pacífica. Tal empresa sigue dándole frutos a
sus corruptos inversionistas y ejecutores, y en la medida que la justicia sea cómplice
o decida intervenir, así mismo afectará el futuro de la nación en el devenir
del Siglo XXI.
En el plebiscito los mercaderes del crimen
y de la fe aliados al Centro Democrático oscilaron entre el odio y la avaricia,
y el consenso multipartidista entre la reconciliación y la indiferencia. De tal
forma, tres grupos de electores se evidenciaron en este plebiscito. El primero:
el grupo del odio guerrerista (menos del 20%: unos 6 millones). El segundo, el grupo
de la reconciliación (menos del 20%% otros 6 millones en promedio). El tercero,
el grupo de los indiferentes (más del 63%, más de 18 millones)
En el primero (grupo del odio), dos bloques
conformaron este grupo. El primer bloque fue la manada, y cuando estamos en la
manada nos comportamos como “ganado humano”, raro y metafórico habito de
consumir “paja” degenerando la naturaleza humana. Este bloque estuvo formado
por un 99% del total del grupo del odio (alrededor de 6 millones de feligreses),
fieles consumidores de toda la basura producida por la factoría parapolítica de la animadversión y el dogmatismo (segundo bloque con alrededor de 60.000
mercaderes).
En la manada del 99% nuestros compatriotas
se comportaron de forma tan irracional que ignoraron los efectos catastróficos
de su irracionalidad, ahora creen que les basta decir: "fuimos estafados, teniamos miedo, creimos falsos testimonios, no somos culpables" ¿Acaso cuando nos sumergimos en el fanatismo, el odio y
el miedo podemos reflexionar y cambiar de paradigmas? Quiéralo o no, sépalo o
no, acéptelo o no, todos somos manada más a menudo de lo que creemos, en
materia de dinero-deuda o modelo económico (por ejemplo) somos la gran manada, ahí
nadie es independiente y a todos nos es dificil ser interdependientes porque estamos habituamos a depender de la manada. Quizás por ello quienes
votaron NO al plebiscito solo les basta con superarse a sí mismos, lo cual significa superar la manada. Se debe superar el miedo, y el miedo se supera con el conocimiento. Si no se hacer Sushi me da miedo hacer eso y ofrecerlo a los amigos porque tengo temor al rechazo de la manada.
La falta de conocimiento hace que nos comportemos
cual mulas dóciles que no sabemos para que nos ensillan, para donde nos llevan
ni cuál será el efecto de contaminar la sociedad con nuestros resquicios y
temores. Me pregunto ¿Por qué en manada somos fieles al fanatismo tanto como a nuestro
perpetrador? Esto debería explicarnos de porque los 3 valores distintivos de la
manada son: cabeza vacía, bolsillos vacíos, corazón repleto de odio, y un muy elevado
nivel de doctrinismo de carácter religioso o dogmático.
El segundo bloque de este grupo son los efectistas
(El 1% de quienes votaron No), o sea no más de 60.000 avaros descarados entre mercaderes
del crimen o corporaciones, corruptos, parapolítico y mercaderes de la fe. En esta
elite los capos, caciques o cabecillas se comportan como caballistas o
ganaderos, actúan como quienes ordenan a sus capataces “ensillarnos” a todos
los de la manada como mulas sin pedirnos permiso, pues nos consideran ganado
humano. Cuando somos cual “mulas” ignoramos nuestro destino, pero los arrieros si
saben para donde pretenden llevarnos, saben cuál es el efecto de echarnos
“paja”, de alimentarnos el odio, de prometernos protección y ponernos más carga
para deshonrar nuestra degradada condición
Tratar la gente con el desprecio de la corrupcion, la guerra y la injusticia social no es nada digno, sin embargo el exito de esos avaros efectistas consiste en que las victimas aprueben ese trato contra ellos, ademas de venerar al verdugo que los trata como mulas. Ese trato hace que algunos valores
distintivos de la elite parapolítica sean aún más visibles: cabeza llena de avaricia
desmesurada, psicopatía, sociópata y un elevado ímpetu criminal. Además de ello,
la elite parapolitica cuenta con riquezas en paraísos fiscales, bolsillos repletos de dinero,
corazón repleto de odio, y un elevado nivel de doctrinismo de carácter ideológico.
La manada del 99% que votaron por el NO o dicen
discrepar de los postulados de paz u otros tópicos en Colombia son también víctimas,
y no lo percibimos en la medida que somos discapacitados. De hecho, las peores discapacidades
son la desinformación y la falta de conocimientos. En la manada somos personas
uniformadas por el doctrinismo, y solo nos movilizamos en torno a la agitación
del miedo, del odio, del fanatismo, las mentiras y la calumnia como efecto de
la desinformación propagada por el doctrinismo (ideológico o dogmático).
Grupo
de la reconciliación. Compuesto por diversos
estratos sociales, políticos, económicos y culturales, dos bloques heterogéneos
son parte del grupo de la reconciliación que votaron por el Sí: La elite política
tradicional de Izquierda o Derecha (adoctrinadores) y la manada de
centro-izquierda (adoctrinados).
Quizás en la relación entre estos dos grupos
aún se conserve la teoría de Pareto, o sea, 20%-80%, quiere decir en este caso,
que un 20% del total forman el grupo elite o líderes de partidos o feudos,
liderazgo basado en el adoctrinamiento ideológico mediante el cual la elite de
adoctrinadores obtiene el 80% de beneficios producido por la mayoría que forman
la manada de centro-izquierda, militantes, partidistas (adoctrinadores).
La
manada de indiferentes. El grupo de indiferentes
es aún más heterogéneo, impredecible y complejo. Son más de 18 millones de indolentes que podían o pueden decidir el
destino de Colombia, sin embargo, se abstuvieron de manifestarse por el Si o el No en el
plebiscito. El despertar de esta enorme franja de colombianos depende en gran
medida de propuestas de cambio real: la gente escapa a la indiferencia cuando
se hastía de la corrupción que genera violencia y desempleo, desempleo que
causa la pobreza y la inseguridad, inseguridad que sirve de argumento a los
corruptos para perpetuar la guerra, guerra cuyo pre-requisito es la corrupción. Entender los indiferentes requiere ponerse en los zapatos de desempleados, profesores y obreros golpeados por leyes Uribistas, pueblo victima de malos gobiernos, pueblo que desea escapar del fanatismo y odio (a Uribe a las Farc, a la vida...etc)
He ahí la infinita tautología de causa-efecto
de violencia-corrupción-pobreza-guerra, haciéndonos sentir como si estuviésemos
en una cinta de Moebius, en la que se nos repite una y otra vez la lucha de
contrarios entre esta pirámide parapolítica y sus sectas contra sus opositores. Campo de batalla donde
ambos precisan de la manada de feligreses para reinar, de la complicidad de corruptos para ganar impunidad, y de un aparato de justicia que sea cómplice del hampa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario