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jueves, 29 de marzo de 2018

I. Quien ganó el debate entre Petro, De la Calle y Duque?

En el debate entre los precandidatos presidenciales de Colombia Petro, De la Calle y Duque el doctrinismo nos recuerda que no vemos las cosas como son, sino como somos, de tal modo, cada quien dirá que el debate en la U de Columbia-USA lo ganó su candidato. Pretender un examen ecuánime de dicho debate implica abstraerse de percibir los sucesos sin preponderar el doctrinismo por encima de la dignidad del ser, o sea, que la  filiación de tipo doctrinaria, partidista, militante, o de feligresía y fanatismo dogmático no esté por encima de la honra humana.

Frente a este debate, pregunto: Que ha quedado evidenciado ante los ojos del mundo? Que piensa un ciudadano extranjero de aquel debate? En contraste que piensa un estudiante colombiano y que piensa un colombiano sumido en el doctrinismo ideológico o político?

Un ciudadano Islandés percibirá que a Colombia le está sucediendo lo que a ellos ya les sucedió en materia de corrupción, y que Colombia requiere extirpar el peor cáncer civil moderno: la corrupción, y que urge meter preso a todos los corruptos de que hablaron los candidatos De la calle y Petro. Un islandés se preguntará Porque Duque no habla de la corrupción con firmeza y carácter? Un ciudadano Nort-europeo de los países nórdicos percibirá que Colombia esta asfixiada por una educación útil solo para ser explotada, despojada, y esclavizada por el corporativismo-mercaderismo de la mafia monetaria global y que por tanto urge emprender la soberana emancipación sistémica y armónica: Cultura/educación-Social-Política-Económica/Monetaria.
En contraste, los ciudadanos del resto de Europa, Australia y los canadienses observaran que uno de los candidatos -Duque- siente un desprecio por la vida humana, que es la misma que siente por el planeta, verán que Duque desprecia las apreciaciones sabias que exponen Petro y de la Calle sobre la protección al planeta, asunto que está directamente relacionado con la corrupción, y esta a su vez, comprometida en lazos fuertes con la especulativa y falsa economía global, y todos estos son causa directa e indirecta de las guerras, la miseria y la defenestración del ser y de cada país del mundo. En la retina de un ciudadano despierto quedará grabada las frases de Petro según el cual, Colombia debe aliarse con los aliados internaciones que haya por superar el cambio climático, pues los estudiantes de países educados saben que el desempleo, el hambre, la corrupción y la destrucción del planeta son un solo problema. No asuntos fragmentados o separados.

El debate pudo mostrar cuan comprometido esta Duque con Uribe, quien a su vez está comprometido con los “falsos positivos” denunciados allí por Petro, por ello las reiteradas glorificaciones de Duque a los militares implicados en esos crímenes y de otros sumergidos en el crimen de la corrupción. También evidenció cuan enorme es el poder de Uribe tras la candidatura de Duque, y así mismo, cuan enorme es el poder de los criminales corruptos detrás de Uribe. En tal sentido, Petro y De la calle evidenciaron que los peligros de volver a la guerra están latentes en las amenazas a la paz provenientes del uribismo para mentir, engañar, y construir poder cotidiano con la guerra de por y para desinformar. La información a partir de la manipulación mediática quedo evidenciada en el debate. Es evidente que las estructuras de poder económico por las rentas del Petróleo, la explotación minera, las licencias de explotación, y otras emergen en las propuestas de Duque.
De la Calle hizo apuntes muy valiosos, por lo cual, quizás ante los ojos del mundo es visto como un gran estadista capaz de contribuir a cualquier posible gobierno tanto de Duque como de Petro. Ningún candidato se mostró tan comprometido como De la Calle a seguir dándole cumplimiento a los acuerdos de paz, y darle continuismos a los logros en esta materia alcanzados por JM Santos. De la calle y la paz negociada con las Farc no son del interés de los mercaderes del crimen, de los necons ni de Uribe-Duque. Si se asume con seriedad el futuro de un país es preciso concebir que la paz humana es verdad latente que merece respeto, merece amor y merece ser protegida. Vulnerar la verdad histórica de los pueblos es el más elevado nivel de corrupción que pueda expresarse a escala inferior o personal, y que a escala superior o colectiva no es otra cosa que legitimar la miseria, la guerra venerando al canalla.
Petro no pudo ser más enfático, claro y visionario frente a los problemas del cambio climático, en la retina mundial quedaran sus frases y visiones frente a la denominada economía no extractiva, en asuntos sobre el papel de la corrupción y frente a los genocidas ocultos por la ausencia de verdad en los crímenes de Estado denominados como “falsos positivos”, y frente al papel de los aliados de Uribe o Duque en las mentiras y la conducción mediática contra la justicia y La Paz en Colombia.
Duque, De la calle y Petro están de acuerdo que la generación de empleo es terrible. Duque seguirá una política económica ortodoxa, cumplirá las ordenes de los mercaderes del cartel monetario  global (o sea las medidas de recortes salariales, eliminar pago de horas extras, recortes excesivos en educación y salud, aumentar la edad pensional y echarle mano a los ahorros de los pensionados con mentiras y trucos, en fin matar silenciosamente a los feligreses y contrarios sonriéndoles, y susurrándoles al oído de manera dulce y apasionada como hace Uribe). Duque propone empoderar a sus socios ricos dándoles más garantías de las que tienen. Petro y De la Calle propone hacerle pagar impuestos ponderados a los ricos, y dada la emergencia social que vive la nación, les insta a que exploten o vendan sus tierras improductivas.


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